Hay juegos que son muy esperados. Juegos que cambian la forma de ver la acción, juegos que, en general no dejan indiferente con sus noticias. Call of Duty: Modern Warfare 2 es uno de esos juegos. Un título que prometió mucho y que da mucho más.
Modern Warfare 2 o Call of Duty: Modern Warfare 2, como queráis llamarlo, es una forma especial de ver la acción por parte de Infinity Ward, sus creadores, que mezclan argumento con espectáculo para darnos un campaña de un jugador espectacular, pero que ponen especial énfasis en el multijugador, gracias a modos muy divertidos.
Y todo, todo el juego es puro espectáculo e intensidad, lo que nos lleva a disfrutar de uno de los mejores juegos de acción de todos los tiempos.
Argumento cruzado
El guión de Call of Duty: Modern Warfare 2 nos lleva cinco años después de los acontecimientos del primer Modern Warfare. Tomaremos el papel de diferentes soldados en un argumento que va cruzando diferentes informaciones y que nos llevará a la persecución de Vladimir Makarov, antiguo discípulo de Imran Zakhaev, el enemigo del anterior videojuego y, sobre todo, un auténtico terrorista.Todo comienza en Afganistán, en donde Jack Allen, de los Rangers está lugando por tomar una ciudad Afgana. Tras conseguirlo, el general Shepherd recluta a Allen como un agente de la CIA, infiltrándolo en la organización de Makarov como un supuesto terrorista.
Por otro lado, Soap MacTavish y Gary Roach Sanderson, se infiltran en una base aérea Rusa, para recobrar un modulo ACS perdido. Makarov, sin embargo, esta un paso por delante; asesina a Allen, y expone su identidad de norteamericano, convirtiéndolo en un chivo expiatorio, y vinculándolo a un brutal atentado terrorista ocurrido en un aeropuerto de Rusia en uno de los niveles más polémicos del juego.
Después iremos viajando entre diferentes soldados. Lucharemos entre las Fabelas de Rio de Janeiro, tendremos que combatir una invasión rusa en la misma ciudad de Washington y asistiremos a una explosión nuclear.
Todo para llegar a una auténtica apoteosis final en el que el destino será sellado.
